Impactante, innovadora
puesta en escena y con grandes voces. Así es el nuevo musical de la
capital que da una visión a la que no estamos acostumbrados de José
Antonio Primo de Rivera, el mártir que acompañó la victoria
franquista.
Ayer
asistimos a la presentación de "Mi Princesa Roja", el
nuevo musical que encontraremos a partir de mañana, jueves, en el
Teatro Arlequín de Gran Vía, y que promete levantar los comentarios
de la capital. Álvaro Sáenz de Heredia es el cineasta que ha
dirigido ésta obra sobre Primo de Rivera, fundador de la Falange, al
que le unen lazos de sangre, ya que su padre era primo de José
Antonio. La composición musical la firman Mario Gosálvez y Andrés Sáenz
de Heredia.
La
trama principal trata sobre una historia de amor poco conocida; la de
Primo de Rivera y la escritora Elisabeth Asquith, que durante este romance se encontraba casada con el príncipe rumano Antoine
Bibesco. José Antonio Martín Otín fue el periodista español que
investigo la relación de estos dos personajes, tras encontrar en la
ciudad de Londres un ejemplar de The Romantic (Elisabeth Bibesco) en
cuya dedicatoria se podía leer “A José Antonio Primo
de Rivera. Te prometí un libro antes de que empezara. Es tuyo ahora
que ha concluido. Aquellos que amamos solo mueren cuando nosotros
morimos”. Este documento, y un telegrama en el que Elisabeth decía
"Je pense a toi. Love", documentan el musical, donde José
Antonio se ve reflejado como un hombre revolucionario de izquierdas,
que evitaba el uso de la violencia, y que rechazaba el modo de vida burgués, mientras que la escritora es una aristócrata de izquierdas, libre pensadora, defensora de los nuevos derechos de la mujer y amante de España.
"Dedicatoria
del libro The Romantic"
|
En el musical aparecen también personajes históricos en muy buena relación con el protagonista, como Manuel Azaña, Federico García Lorca, el Duque de Villahermosa, y otros que se animan a cantar, e incluso algunos a bailar. También se representan lugares emblemáticos como El Ateneo, o La Ballena Alegre, local donde José Antonio realizaba las primeras reuniones de La Falange.
Crítica
El
musical va a dar mucho de que hablar (temas políticos aparte), por
su sencilla pero espectacular puesta en escena, con apenas elementos decorativos salvo
unas pantallas de fondo que forman todo el decorado, y por las
grandes voces que hay en él.
El teatro Arlequín parece un escenario pequeño para la producción, que se oye encogida, con la música de acompañamiento demasiado fuerte a veces, tapando la voz de los cantantes. Pero desde luego las pantallas en las que vemos fantásticos decorados de los años treinta, con personajes en movimiento incluidos, son muy originales y salvan el espacio con la profundidad que generan. Aunque a veces deslumbren, y el ojo del espectador pueda darse cuenta del corte, y repetición, de las mismas imágenes, es de destacar el trabajo que han tenido que realizar, fuera del teatro, para crear estas escenas de acompañamiento. Trabajo que vemos reflejado en las publicaciones que han subido en su Facebook.
El teatro Arlequín parece un escenario pequeño para la producción, que se oye encogida, con la música de acompañamiento demasiado fuerte a veces, tapando la voz de los cantantes. Pero desde luego las pantallas en las que vemos fantásticos decorados de los años treinta, con personajes en movimiento incluidos, son muy originales y salvan el espacio con la profundidad que generan. Aunque a veces deslumbren, y el ojo del espectador pueda darse cuenta del corte, y repetición, de las mismas imágenes, es de destacar el trabajo que han tenido que realizar, fuera del teatro, para crear estas escenas de acompañamiento. Trabajo que vemos reflejado en las publicaciones que han subido en su Facebook.
Nos
encontramos con una buena puesta en escena. Con efectos de humo que
crean una atmósfera misteriosa, coreografías que, aunque
originales, bien montadas y ejecutadas, a veces parecen más un mero
acompañamiento y, por último, un vestuario adecuado, con algunas
repeticiones necesarias.
Las
letras de las canciones son al comienzo empalagosamente románticas, rozando las películas de Disney, pero a medida que la obra
avanza la trama y la música cogen fuerza, e impresionan al
espectador. En ocasiones también es chocante la mezcla entre ritmos
modernos y clásicos, pero, al salir del teatro el último "sabor"
de oído es muy agradable.
Es
muy interesante que la obra comience con el fusilamiento de Primo de
Rivera, y que desde ese momento aparezca el personaje de Ella, La Muerte, interpretada por una magnífica Sonia Reig, a la que han
dado un papel macabro, pero con toques de
humor riéndose de su propia condición. La
línea literaria queda muy bonita en este orden, y crea un comienzo y
un final impactantes.
Grandes
aplausos también para Juan Carlos Barona (que actualmente sustituye
a Jesús Cisneros). El tenor da la talla representando su personaje,
Primo de Rivera. Su compañera en el escenario y en la historia de
amor, Irene Mingorance, tampoco baja el nivel dando vida a la
escritora Elisabeth, creando un dúo de protagonistas
muy buenos para la obra. Aunque a Irene le vamos a mencionar su
curioso acento inglés, en las pocas frases que Elisabeth pronuncia
en su idioma natal, lo cierto es que la actriz, bailarina y cantante,
se mimetiza del todo con el escenario, llegando a apoyarse en
elementos ficticios de forma sorprendente, e interactuando
correctamente con todos los personajes. Sobre todo con La Muerte.
Cecilia
Regino, que interpreta a Pilar Azlor, solo aparece en los primeros
instantes de la obra, pero lo suficiente para que nos maraville
también con su buena voz. Tenemos que destacar también el trabajo
del joven y prometedor Nacho Brande, que aunque no se encuentra entre
los protagonistas, destaca encima del escenario en los diferentes
papeles que interpreta en la obra. Y no podemos olvidarnos de Paco
Prado, destacando su interpretación como Manuel Azaña, y su canción
en solitario.
Hacía
mucho tiempo que no podíamos ver un musical que cuente una parte de
la historia de España como este, y serán los historiadores los que
tengan que comentar, y lo harán, la trama histórica y la visión
que se da de este personaje antes de que se convirtiera en "El
Ausente", mártir del Movimiento Nacional. La obra consigue su objetivo; que nos salte la duda de si realmente conocemos al fundador de la Falange, y si la historia heredada del franquismo, aún guarda secretos sobre éste "político que amaba la poesía, y a su princesa roja".
Pero,
en definitiva, es un espectáculo al que recomendamos ir, para entrar
en contacto con personajes de nuestra historia, y para maravillarnos con la
música.
¿Un
concejo para el espectador? No desesperarse en las primeras
escenas, y no poner caras raras, puesto que saldrán de allí
contentos.
¿Un
consejo para la producción? Que bajen la música de fondo.
Que no le robe protagonismo a los artistas, sobre todo a
la aguda voz de Sonia Reig, que apenas se puede apreciar en las
primeras escenas.
Mientras
abren las puertas al público para el sea éste el que opine, nosotros
nos quedamos con las declaraciones del director, publicadas por
El País (aquí
el articulo completo):
Sobre
el protagonista de la obra, Saénz de Heredia dijo que “Es
un personaje tan desconocido, o no estudiado con objetividad... No me
parecía bien que para unos fuese el máximo representante del bien y
para otros, el máximo representante del mal [...] Los jóvenes
no tienen ni idea de quién fue José Antonio ni del pasado. El
musical es un vehículo extraordinario para hacerlo y yo quería
divulgar su figura”.
Y
sobre el musical afirmó que “No pretendemos hacer un
panfleto político, sino contar una historia de amor imposible y los
intentos que hubo por buscar una salida en un momento muy
complicado. José Antonio intentó poner fin a la guerra.
Hubo una serie de españoles, como él o como Azaña, que creían en
una tercera España que no quería exterminar a la otra media”
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